Intereses económicos y negación del cambio climático: Desentrañar los motivos del escepticismo climático

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En un mundo en el que las cuestiones medioambientales ocupan los titulares y acaparan la atención pública, resulta paradójico observar el creciente escepticismo ante el cambio climático. Este artículo profundiza en el complejo entramado de intereses económicos que subyacen a la negación del cambio climático. Mediante un examen minucioso de los motivos que subyacen al escepticismo climático, pretendemos arrojar luz sobre las raíces de este fenómeno y comprender por qué determinados grupos deciden desestimar las abrumadoras pruebas científicas que respaldan el cambio climático. Al explorar la conexión entre los intereses económicos y el negacionismo climático, esperamos proporcionar un análisis exhaustivo que contribuya a la conversación en curso sobre la necesidad urgente de una acción climática. Acompáñanos en este viaje mientras desentrañamos la intrincada red de motivos que se esconden tras el escepticismo climático y descubrimos las fuerzas ocultas que dan forma a nuestra respuesta al origen climático.

Definición del negacionismo del cambio climático

El rechazo o escepticismo del consenso científico sobre el cambio climático y sus causas se conoce como negacionismo del cambio climático. Este fenómeno se caracteriza por el rechazo o la minimización de las pruebas y los efectos del calentamiento global, a menudo impulsado por intereses financieros, políticos, culturales y sociales. El negacionismo del cambio climático no es una mera diferencia de opinión o un sano escepticismo; es un esfuerzo intencionado y organizado para desacreditar las numerosas pruebas científicas y el consenso sobre la realidad del cambio climático. Este artículo se adentrará en la definición de negacionismo del cambio climático y arrojará luz sobre las motivaciones que se esconden tras él.

En esencia, la negación del cambio climático es el repudio de teorías y datos científicos bien establecidos que respaldan la comprensión del cambio climático inducido por el hombre. Esta negación puede adoptar la forma de un uso selectivo de los datos, una mala interpretación de los estudios y la propagación de información errónea o teorías conspirativas. Los argumentos de los negacionistas suelen centrarse en cuestionar la exactitud de los modelos climáticos, exagerar la variabilidad natural del clima y subrayar las ambigüedades de la comprensión científica del cambio climático. Al poner en duda el consenso científico, los negacionistas del cambio climático se esfuerzan por crear confusión e inacción, beneficiando en última instancia a quienes se aprovechan de la situación actual.

La negación del cambio climático no es un concepto nuevo, pero ha ganado fuerza en los últimos años debido a la influencia de los intereses económicos creados. Por ejemplo, las industrias de combustibles fósiles, que tienen un interés significativo en que se sigan utilizando sus productos, son conocidas por patrocinar campañas de desinformación y oponerse a la acción climática. Al sembrar la duda y el escepticismo, estas industrias pueden retrasar o bloquear normativas y políticas que pondrían en peligro sus beneficios. Está claro que los intereses económicos que subyacen a la negación del cambio climático son proteger los beneficios financieros de las industrias que contribuyen a las emisiones de gases de efecto invernadero y se resisten a la transición a fuentes de energía renovables.

Causas de la negación del cambio climático

Las causas profundas de la negación del cambio climático son intrincadas y variadas, y derivan de una combinación de aspectos políticos, económicos, sociales y culturales. Un impulso importante es la influencia de los intereses económicos, sobre todo los asociados a las industrias que emiten gases de efecto invernadero. Estas industrias suelen tener un gran interés en desacreditar la verdad del cambio climático para mantener sus ganancias y eludir costosas normativas. Impulsando el escepticismo y poniendo en duda el consenso científico, pueden conservar su status quo y seguir beneficiándose de actividades que agravan el problema, como la quema de combustibles fósiles. Esta motivación económica puede llevar a respaldar campañas de información falsa y a promover el negacionismo del cambio climático como medio de preservar sus intereses fiscales.

Otro factor del negacionismo del cambio climático radica en los intereses políticos. En algunos casos, las ideologías y afiliaciones políticas pueden conformar las opiniones de los individuos sobre el cambio climático. El cambio climático se ha convertido en un asunto muy politizado, y algunos partidos y líderes políticos se alían con la negación del clima como enfoque para atraer a determinadas bases de votantes. Esta politización puede obstaculizar los esfuerzos para abordar el cambio climático con eficacia, ya que se convierte en una cuestión polémica en lugar de abordarse con pruebas y consenso científicos. Los intereses políticos también pueden verse influidos por consideraciones económicas, ya que los políticos pueden verse influidos por los grupos de presión de la industria o por las contribuciones a las campañas.

Los factores culturales y sociales también desempeñan un papel en la negación del cambio climático. Ciertas creencias culturales y visiones del mundo pueden contradecir el concepto de cambio climático inducido por el hombre, llevando a los individuos a rechazar o ignorar las pruebas científicas. Además, las convenciones sociales y la dinámica de grupo pueden influir en las creencias y actitudes de los individuos hacia el cambio climático. Por ejemplo, los individuos pueden ser más propensos a negar el cambio climático si no es una opinión ampliamente aceptada en sus círculos sociales o si lo perciben como una amenaza para su modo de vida. Estas influencias culturales y sociales pueden crear obstáculos para aceptar la realidad del cambio climático y obstruir la acción colectiva para abordarlo.

Intereses económicos y negación del cambio climático

Las fuerzas económicas que impulsan la negación del cambio climático son innegables. El deseo de salvaguardar intereses económicos creados, como los de la industria de los combustibles fósiles y otras empresas intensivas en carbono, ha hecho proliferar el escepticismo climático. Mediante el uso de grupos de presión, donaciones para campañas electorales y la manipulación de la opinión pública, los poderosos actores económicos han intentado poner en duda el consenso científico sobre el cambio climático y minimizar la urgencia de tomar medidas. Para abordar eficazmente la cuestión, es esencial comprender los motivos que subyacen a los intereses económicos y al negacionismo del cambio climático.

La influencia de los intereses económicos en el negacionismo climático está profundamente entrelazada con la política. Los grupos de presión, las contribuciones y la formación de la opinión pública por parte de estos poderosos actores sirven para perpetuar el escepticismo climático. Esto implica a menudo hilar narrativas alternativas que minimizan la importancia del cambio climático y erosionan el consenso científico. Al reconocer y admitir los intereses económicos en juego, podemos empezar a desentrañar las complejas motivaciones que subyacen a la negación del cambio climático y trabajar por un futuro más sostenible.

Intereses políticos y negación del cambio climático

Las motivaciones políticas forman parte integral de la cuestión de la negación del cambio climático. Las inclinaciones y agendas ideológicas pueden influir mucho en el escepticismo hacia el cambio climático. Las entidades políticas que priorizan el beneficio económico inmediato o salvaguardan los intereses de determinadas industrias pueden minimizar o incluso rechazar los hechos del cambio climático. Pueden temer que abordar el cambio climático requiera normativas costosas que puedan obstaculizar el crecimiento económico. Esta reticencia política a actuar se observa en la vacilación de algunos gobiernos a la hora de adherirse a los acuerdos mundiales sobre el clima o de ejecutar políticas climáticas eficaces. El papel de los intereses políticos en la negación del cambio climático subraya el valor de reconocer las motivaciones que subyacen a la duda y de descubrir formas de superar los obstáculos políticos para resolver la cuestión.

Otro aspecto de los intereses políticos en la negación del cambio climático es la manipulación de la opinión pública mediante campañas de desinformación. Algunos actores políticos, a menudo vinculados a industrias que generan emisiones de gases de efecto invernadero, pueden financiar y promover la retórica de la negación del clima para crear incertidumbre entre el público. Estas campañas pretenden crear confusión y socavar el consenso científico sobre el cambio climático. Al cuestionar la validez de la ciencia climática, estos actores pueden proteger sus intereses económicos e impedir la promulgación de normativas que se opondrían a sus industrias. Es esencial reconocer y desenmascarar estas tácticas para fomentar un discurso público más educado sobre el cambio climático.

La influencia de los intereses políticos en la negación del cambio climático también puede verse en la reticencia de algunos políticos a dar prioridad a la acción climática. En algunos casos, los líderes políticos pueden rechazar o restar importancia al cambio climático por temor a perder el apoyo de sus bases o a enfrentarse a la oposición de influyentes grupos de interés. Esta reticencia a abordar el cambio climático puede impedir que se avance en la puesta en marcha de políticas y proyectos eficaces para mitigar sus efectos. Para superar las barreras políticas a la acción climática es necesario abordar las motivaciones e intereses subyacentes que impulsan el negacionismo climático dentro de los círculos políticos. Respaldando la transparencia, la responsabilidad y la participación pública, podemos trabajar para lograr un enfoque más global y satisfactorio para abordar el cambio climático.

Intereses culturales y negación del cambio climático

Los aspectos culturales de la negación del cambio climático son de gran importancia. En determinadas comunidades, puede existir un fuerte apego a prácticas y creencias tradicionales que entran en conflicto con la conservación del medio ambiente. Esto puede llevar a desestimar la ciencia del cambio climático y a resistirse a aceptar la realidad de la situación y la necesidad de actuar urgentemente. Además, los intereses culturales pueden verse influidos por ideologías políticas e intereses económicos, en virtud de los cuales los grupos se alinean con las ganancias a corto plazo en detrimento de la sostenibilidad a largo plazo.

Para hacer frente a la negación del cambio climático, es esencial comprender el papel de los intereses culturales. Esto implica comprometerse con las comunidades culturales y reconocer sus valores y tradiciones, al tiempo que se subraya la importancia de las prácticas sostenibles. Mediante el diálogo y la búsqueda de puntos en común, es posible superar las barreras culturales y crear una comprensión más integradora del cambio climático. En última instancia, abordar los intereses culturales en relación con el cambio climático es vital para construir un futuro mejor y más resistente.

Intereses sociales y negación del cambio climático

La cuestión del cambio climático pone en primer plano una compleja interacción de intereses económicos, políticos, culturales y sociales. Muchos intereses creados dan prioridad a sus propias agendas frente al consenso científico, como las industrias que dependen en gran medida de los combustibles fósiles, ya que la transición a fuentes de energía renovables podría tener un impacto económico. Además, ciertas ideologías y creencias culturales también pueden contribuir a la negación del cambio climático, ya que las personas pueden rechazar la idea de la intervención gubernamental o considerarla una amenaza para su modo de vida.

Por otra parte, estos intereses sociales pueden perpetuarse mediante la difusión de información errónea y la formación de cámaras de eco. Las comunidades online y los medios de comunicación que atienden a determinados intereses pueden amplificar y reforzar las narrativas negacionistas del cambio climático, dificultando que la información científica precisa llegue a quienes se oponen a ellas. Esto puede conducir al tribalismo y a la polarización, donde los individuos son menos propensos a considerar las pruebas que van en contra de sus creencias preconcebidas. Para contrarrestarlo, es esencial no sólo abordar las motivaciones económicas y políticas de la negación, sino también promover la alfabetización científica, el diálogo abierto y un sentido compartido de la responsabilidad para mitigar los efectos del cambio climático.

Efectos a largo plazo de la negación del cambio climático

Las ramificaciones duraderas de la negación del cambio climático son de gran alcance y profundamente preocupantes. Al hacer caso omiso de las pruebas científicas y negar la realidad de nuestra crisis climática, los individuos y las organizaciones están contribuyendo inadvertidamente a su empeoramiento. Esta desestimación de la cuestión conduce a la liberación continuada de gases de efecto invernadero, la destrucción de ecosistemas y la intensificación de fenómenos meteorológicos extremos, además de obstaculizar la transición a una economía sostenible y baja en carbono.

Pero los efectos de la negación no se limitan al medio ambiente. La negación también tiene graves implicaciones sociales y políticas, pues erosiona la confianza pública en las instituciones y los expertos, al tiempo que exacerba las divisiones sociales. Además, impide la formación de un frente unido contra el cambio climático y hace ineficaces las políticas destinadas a mitigar sus impactos. De este modo, los efectos a largo plazo de la negación del cambio climático se extienden mucho más allá del entorno físico y repercuten negativamente en todos los aspectos de la sociedad, amenazando nuestro bienestar y futuro colectivos.

Al dar la apariencia de que no es necesario actuar de inmediato, la negación del cambio climático es una práctica peligrosa que podría tener consecuencias devastadoras para nuestro planeta y las generaciones futuras. Debemos reconocer la gravedad del problema y actuar para abordarlo antes de que sea demasiado tarde.

Combatir la Negación del Cambio Climático

Confrontar la negación del clima es un componente crítico para garantizar el éxito de la implementación de las técnicas de mitigación y adaptación climáticas. Es importante explorar las diversas motivaciones que subyacen al escepticismo climático y refutar la información inexacta para crear una población más ilustrada y proactiva. Aumentando los conocimientos científicos y promoviendo el debate, podemos motivar a las personas y a las comunidades para que reconozcan la urgencia de enfrentarse al cambio climático y la necesidad de una acción colectiva. Mediante programas educativos y campañas de concienciación, podemos equipar a los miembros de la sociedad para que tomen decisiones informadas y defiendan políticas que den prioridad a la sostenibilidad y la gestión ecológica.

Una forma eficaz de combatir el negacionismo climático es hacer hincapié en el sólido consenso científico sobre el tema. Subrayando la vasta investigación y el acuerdo entre los expertos, podemos debilitar la fiabilidad de los escépticos del clima y sus afirmaciones. Además, invertir en la enseñanza y la comunicación de la ciencia del clima puede ayudar a reducir la brecha entre el conocimiento científico y la comprensión pública. Al hacer que los datos científicos sean accesibles y atractivos, podemos capacitar a los miembros de la sociedad para que examinen las afirmaciones de negacionismo climático con discernimiento y tomen decisiones informadas basadas en pruebas.

Abordar los intereses económicos que alimentan el negacionismo climático es otro elemento esencial para combatir este fenómeno. Al exponer las motivaciones económicas que subyacen al escepticismo climático, podemos cuestionar la legitimidad de quienes dan prioridad a los beneficios económicos a corto plazo frente a la preservación del medio ambiente a largo plazo. Es esencial destacar las oportunidades y ventajas económicas que se derivan de la transición a una economía baja en carbono. Mostrando ejemplos de éxito de modelos empresariales sostenibles y haciendo hincapié en el potencial de creación de empleo ecológico, podemos refutar la idea de que abordar el cambio climático es perjudicial para el crecimiento económico.

Por último, formar asociaciones de colaboración e implicar a diversas partes interesadas es esencial para combatir la negación del clima. Uniendo a científicos, responsables políticos, empresas y líderes comunitarios, podemos crear un enfoque colectivo e integrador para hacer frente al cambio climático. Mediante el diálogo y el trabajo en equipo, podemos generar confianza, fomentar el intercambio de conocimientos y desarrollar soluciones inventivas para mitigar el cambio climático y adaptarnos a él. Empoderando a los miembros de la sociedad para que participen activamente en los procedimientos de toma de decisiones y apoyando una acción climática integradora, podemos crear un futuro más sólido y sostenible para todos.

Financiación de campañas negacionistas climáticas

La financiación de campañas negacionistas climáticas se refiere a la provisión de fondos o recursos financieros a grupos, organizaciones o individuos que promueven la negación del cambio climático o cuestionan la evidencia científica del calentamiento global y sus causas antropogénicas. Estas campañas a menudo buscan sembrar dudas sobre la realidad y gravedad del cambio climático, generando confusión y retrasando la adopción de medidas para abordar este problema global.

Los negacionistas climáticos a menudo reciben financiación para llevar a cabo actividades como la producción de estudios y documentos que cuestionan la ciencia climática establecida, la promoción de teorías de conspiración, la organización de conferencias y eventos, y la difusión de información engañosa a través de medios de comunicación y campañas de relaciones públicas. Estas actividades buscan influir en la opinión pública, los legisladores y los responsables de la toma de decisiones, generando escepticismo o dudas sobre la necesidad de abordar el cambio climático.

Es importante tener en cuenta que la gran mayoría de los científicos y expertos en el campo del clima respaldan la evidencia del cambio climático y su vinculación con las actividades humanas. Existen numerosos estudios y consensos científicos que respaldan la realidad y la gravedad del cambio climático. Sin embargo, la financiación de campañas negacionistas climáticas puede socavar los esfuerzos para abordar este desafío global y retrasar la adopción de políticas y medidas efectivas.

Influencia de la industria de los combustibles fósiles en la negación del cambio climático

La influencia de la industria de los combustibles fósiles en la negación del cambio climático ha sido objeto de debate y preocupación durante muchos años. Las compañías de combustibles fósiles, como las petroleras y las empresas de carbón, han sido señaladas por su participación en la financiación de campañas negacionistas y por difundir información engañosa sobre el cambio climático. Estas compañías tienen un interés económico en mantener el uso de los combustibles fósiles y pueden temer las regulaciones que podrían limitar su actividad.

Algunos estudios han revelado conexiones entre la industria de los combustibles fósiles y la promoción de la negación del cambio climático. Por ejemplo, ExxonMobil ha sido acusada de financiar a grupos y organizaciones que promueven la negación del cambio climático, a pesar de que la propia compañía era consciente de la realidad de este fenómeno. Se ha informado que otras grandes empresas de energía también han respaldado campañas negacionistas.

La financiación por parte de la industria de los combustibles fósiles puede tener varios efectos en la negación del cambio climático. En primer lugar, puede generar dudas y confusión en el público general, ya que se promueven mensajes contradictorios sobre la realidad del cambio climático. Esto puede obstaculizar los esfuerzos para tomar medidas concretas y adoptar políticas efectivas para mitigar sus impactos.

Además, la influencia de la industria de los combustibles fósiles puede alcanzar a los círculos políticos y legislativos. Al financiar campañas políticas y grupos de presión, estas empresas pueden buscar socavar la implementación de regulaciones y políticas climáticas que afecten sus intereses comerciales.

Es importante destacar que muchos científicos y expertos independientes han confirmado la realidad del cambio climático y su relación con las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles. La comunidad científica ha respaldado de manera abrumadora la idea de que el cambio climático es un desafío global que requiere acciones urgentes.

Políticos y grupos de interés detrás del negacionismo climático

Detrás del negacionismo climático se han identificado la participación de políticos y grupos de interés que promueven la negación o minimización de la realidad del cambio climático. Estos actores pueden tener diversos motivos para respaldar el negacionismo, incluyendo intereses económicos, políticos o ideológicos.

Algunos políticos han adoptado posturas negacionistas del cambio climático, cuestionando o rechazando abiertamente la evidencia científica y las conclusiones de los informes internacionales sobre el tema. Estas posturas pueden estar influenciadas por vínculos con la industria de los combustibles fósiles o por la necesidad de mantener el apoyo de ciertos grupos de interés en sus bases electorales.

Además, grupos de interés como *think tanks*, organizaciones de la industria de los combustibles fósiles y lobbies empresariales también han sido identificados como promotores del negacionismo climático. Estas entidades pueden financiar campañas de desinformación, difundir estudios y informes sesgados, o influir en la formulación de políticas públicas para obstaculizar o retrasar las medidas de mitigación del cambio climático.

Es importante destacar que no todos los políticos o grupos de interés están involucrados en el negacionismo climático. Muchos actores políticos, organizaciones científicas, movimientos sociales y empresas reconocen la urgencia de abordar el cambio climático y están trabajando en la promoción de soluciones sostenibles.

Sin embargo, la presencia de políticos y grupos de interés detrás del negacionismo climático ha generado preocupación, ya que obstaculiza los esfuerzos para tomar medidas efectivas frente al cambio climático. Para abordar este desafío, es fundamental promover la transparencia, la divulgación científica y el diálogo constructivo entre todos los actores involucrados, buscando soluciones basadas en evidencia y consenso científico.

“Los think tanks suelen ser organizaciones sin ánimo de lucro, y a menudo están relacionados con laboratorios militares, empresas privadas, instituciones académicas o de otro tipo. Normalmente en ellos trabajan teóricos e intelectuales multidisciplinares, que elaboran análisis o recomendaciones políticas. Defienden diversas ideas, y sus trabajos tienen habitualmente un peso importante en la política y la opinión pública, particularmente en Estados Unidos.” [WIKIPEDIA]

Estrategias de desinformación utilizadas por los negacionistas

Los negacionistas del cambio climático han utilizado diversas estrategias de desinformación para difundir su mensaje y sembrar dudas sobre la realidad y gravedad de este fenómeno. Algunas de las estrategias más comunes son:

  1. Negación de la evidencia científica: Los negacionistas suelen cuestionar o rechazar los estudios científicos que respaldan el consenso sobre el cambio climático. Utilizan argumentos que intentan desacreditar la validez de la investigación climática, alegando errores metodológicos o sesgos.
  2. Manipulación de datos: Otra estrategia consiste en manipular datos o estadísticas para respaldar afirmaciones falsas. Pueden seleccionar períodos específicos de tiempo o utilizar datos descontextualizados para sugerir que no hay un aumento significativo de la temperatura global.
  3. Creación de controversia artificial: Los negacionistas a menudo exageran las diferencias de opinión dentro de la comunidad científica y crean una sensación de controversia donde no existe. Esto confunde al público y puede llevar a la percepción errónea de que el cambio climático es un tema aún debatido entre los científicos, cuando en realidad hay un consenso abrumador al respecto.
  4. Financiación de investigaciones y campañas de desinformación: Algunos grupos de interés y empresas han financiado estudios o campañas que buscan generar dudas sobre el cambio climático. Estas investigaciones y campañas a menudo tienen un sesgo y están diseñadas para minar la confianza en la ciencia y en los informes respaldados por organismos internacionales.
  5. Uso de tácticas políticas y retórica persuasiva: Los negacionistas también recurren a tácticas políticas para influir en las decisiones y políticas relacionadas con el cambio climático. Pueden utilizar retórica persuasiva para apelar a emociones, promover teorías de conspiración o presentar falsos equilibrios al darle igual peso a opiniones minoritarias o pseudocientíficas.

Estas estrategias han contribuido a generar confusión y controversia en el debate público sobre el cambio climático, retrasando o dificultando la adopción de medidas efectivas para enfrentar este desafío global. Sin embargo, es importante destacar que la comunidad científica ha refutado repetidamente los argumentos negacionistas y el consenso científico respalda firmemente la realidad y la gravedad del cambio climático.

Negacionismo climático y derecha política

El negacionismo climático no está limitado exclusivamente a un espectro político específico, pero es cierto que existe una asociación frecuente entre el negacionismo climático y la derecha política. Sin embargo, es importante destacar que esto no significa que todos los miembros de la derecha política sean negacionistas climáticos, ni que los negacionistas climáticos se limiten exclusivamente a la derecha política.

La relación entre el negacionismo climático y la derecha política se ha dado en varios países, y existen diversas razones que pueden explicar esta asociación. Algunos factores incluyen:

Intereses económicos: La regulación ambiental y las políticas destinadas a abordar el cambio climático pueden implicar cambios en la economía y en sectores específicos, como la industria del petróleo, el carbón o la agricultura intensiva. Algunos sectores económicos han mostrado resistencia a estas políticas debido a los posibles impactos en sus beneficios y empleos. La derecha política, que a menudo enfatiza la defensa de los intereses empresariales y la libertad económica, puede verse más inclinada a rechazar o minimizar la necesidad de abordar el cambio climático.

Ideología y escepticismo hacia la intervención del Estado: La derecha política a menudo defiende valores de libre mercado, menor intervención estatal y desconfianza hacia la regulación gubernamental. Algunos negacionistas climáticos argumentan que las medidas para abordar el cambio climático implican una mayor intervención estatal y regulación, lo cual puede generar resistencia en aquellos con inclinaciones ideológicas hacia la derecha política.

Posiciones en torno a la ciencia y la autoridad: El negacionismo climático a menudo implica cuestionar la validez de la ciencia del cambio climático y el consenso científico establecido. Algunos negacionistas climáticos han adoptado una postura escéptica hacia la autoridad científica y los informes emitidos por organismos internacionales. En algunos casos, la derecha política ha adoptado una posición de desconfianza hacia la ciencia y las instituciones internacionales, lo que puede contribuir a la asociación con el negacionismo climático.

Cabe señalar que estas asociaciones no son absolutas y que hay individuos y líderes políticos en el espectro de la derecha que reconocen la realidad del cambio climático y abogan por medidas para abordarlo. 

El fenómeno de la negación del cambio climático es una cuestión compleja y polifacética que no puede atribuirse a un único motivo o interés. Como hemos explorado a lo largo de este artículo, los intereses económicos desempeñan un papel importante a la hora de alimentar el escepticismo y el negacionismo. No puede pasarse por alto la influencia de los grupos de reflexión y sus fuentes de financiación, ya que a menudo conforman el discurso público y las decisiones políticas. Sin embargo, es importante reconocer que la negación del cambio climático no está impulsada únicamente por intereses económicos. Los factores políticos, culturales y sociales también contribuyen a perpetuar la negación. Abordar la negación del cambio climático requiere un enfoque global que implique educación, concienciación y pensamiento crítico. Comprendiendo los motivos del escepticismo climático y contrarrestándolos con información basada en pruebas, podemos trabajar por un futuro más sostenible y resistente para nuestro planeta.


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